Sufro sin enseñar mi descontento,
Insúflame una pasión más tierna.
Siempre esclavizado
En esta hora
sin tardanza, ahora en el juego
llevo mi espalda desnuda
por mi villanía.
El techo se alza muy cerca de tu pecho.
Así habitaré helado en polvo.
Nadie abrirá la puerta
ni bajará hasta mi
porque pronto seré aborrecible para la vista.
Y Aparecerá el libro escrito
en que se contiene todo
y con el que se juzgará al mundo.
Manu Sánchez