3 de agosto de 2013

EL RECUERDO DE UN NAUFRAGIO





El buque esperó anclado
en el puerto de mis venas
con el vaivén del oleaje
las bodegas vacías se fueron llenando.
Una con sentires vacíos
otra con ilusiones rotas
la tercera rebosó de pena
con la cuarta se colmó de amor,
la última se tiñó de rojo
cargada con mi linaje.
Y entre tormenta y ríos de casta ardiendo

el buque navegó...

Capitaneado por lágrimas de mis ojos
su tripulación, sueños partidos
los remos llenos de heridas
remeros hechos con mi alma perdida
paletearon buscando la salida.

En la grieta de mi biografía la hallaron
sin vacilo el buque se lanzó al vacío
Perdiendo el control el timón se troceó,
los capitanes cayeron en tierra seca
filtrándose por las raíces
mis fantasías cubrieron los minerales
dándoles sueños propios.
Mi plasma ocupado de cortes
se derramó con mi alma en juncos secos.

Mil años después...

En el lugar existía un misterioso árbol
que era visitado por una extraña dama
cada día en su sentir lloraba de pena,
pues sabía que mil años antes
un buque naufragó lleno de sentidos
en patria extraviada
dándole vida a la tierra olvidada.

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